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El derecho a la modernización y al desarrollo: China quiere avanzar en su proceso junto con África


Maria Fe Celi Reyna

Publicado:13 sep 2024 

La semana pasada, la relación entre China y el continente africano tomó un nuevo vuelo en el marco del Foro para la Cooperación entre China y África (FOCAC, por sus siglas en inglés). Este fue el primer foro postpandemia y logró reunir a representantes de los 53 países africanos que reconocen a la República Popular China (RPC), es decir, todos los países de África, salvo Eswatini. Ninguna otra nación ha alcanzado esta hazaña diplomática.

Esta edición del foro se llamó ‘Trabajar Juntos para Fomentar la Modernización y Construir la Comunidad de Futuro Compartido China-África de Alto Nivel’. El tema incluye dos conceptos claves para entender la política exterior china en la actualidad y la diplomacia entre países en desarrollo, la cual está muy lejos de las narrativas de los nuevos colonialismos promovidas desde Occidente.

El nuevo significado de modernización

En 2021, China alcanzó el primer objetivo centenario, por los 100 años del Partido Comunista de China (PCCh), de construir una sociedad moderadamente próspera. Al año siguiente, en el vigésimo congreso del PCCh, se establecieron las bases para el segundo objetivo por los 100 años de fundación de la RPC: el de construir una sociedad socialista moderna. Hoy, el llamado “espíritu del XX Congreso” es el que guía todas las políticas chinas, incluyendo la política exterior.

Hablar de una sociedad socialista moderna implica pensar en cómo modernizarse.

Hasta ahora, la modernización había sido sinónimo de occidentalización. El desarrollo chino de las últimas décadas está rompiendo esa asociación.

En el vigésimo congreso se planteó que la modernidad no tiene reglas generales y se basa en las características de cada pueblo. Por ello, la modernización china es única. La modernidad china debe estar orientada al bienestar y a la soberanía. El foco principal es el desarrollo integral del ser humano.

La modernización había sido sinónimo de occidentalización. El desarrollo chino de las últimas décadas está rompiendo esa asociación.

El primer paso es alcanzar prosperidad común para todos (es decir, para 1.400 millones de personas). Segundo, debe tener un balance entre lo material y lo espiritual. Al haber alcanzado las condiciones básicas materiales, es necesario incluir otros aspectos del ser humano.

Tercero, debe alcanzar armonía entre los seres humanos y la naturaleza. Cuarto, debe estar guiada por el imperio de la ley. Finalmente, el PCCh debe guiar el proceso y seguir a la vanguardia de la sociedad.

Un derecho inalienable de los pueblos

Desde el Gobierno chino han planteado que la modernización es un derecho inalienable de los pueblos, el cual incluye el derecho al desarrollo. La convivencia de diferentes procesos de modernización también implica cambios en la forma en la que los países se relacionan.

En su discurso durante el último FOCAC, el presidente Xi Jinping presentó una serie de propuestas para avanzar en conjunto con África que surgen de lo planteado en el 2021 para China.

Primero, avanzar hacia una modernización justa y equitativa. Cada proceso es independiente, pero se debe fomentar el aprendizaje mutuo. Segundo, avanzar hacia una modernización basada en relaciones ganar-ganar.

Tercero, una modernización que ponga a la gente primero. Cuarto, una modernización que fomente diversidad e inclusión. Este punto hace referencia a los vínculos entre personas y el respeto a las culturas locales, así como a los procesos de modernización de cada civilización.

Finalmente, la modernización conjunta debe ser ecológica, promover un ambiente seguro y pacífico. Sin esto, se vuelve un imposible.

La propuesta de China a África

Los líderes de los procesos de independencia africanos entendieron que por el imperialismo y colonialismo el continente quedó relegado a ser un mero proveedor de materias primas. Por ello, se plantearon la necesidad de la industrialización de sus países.

Sin embargo, décadas después, el panorama es sombrío. Las potencias occidentales han intervenido los países, interrumpiendo sus procesos políticos, los han hecho dependientes de préstamos con condicionalidades y se han encargado de mantener a élites nacionales serviles en el poder.

África ha pasado de 300 millones de pobres en 1990 a 400 millones en situación de pobreza en el año 2020. Las décadas de recetas de desarrollo impuestas por Occidente, han fracasado. Está claro que, para hablar de modernización del continente, se tiene que primero garantizar condiciones básicas materiales para su población.

Las potencias occidentales han intervenido los países, los han hecho dependientes de préstamos con condicionalidades y se han encargado de mantener a élites nacionales serviles en el poder.

Durante el FOCAC, la parte china lanzó nueve propuestas de trabajo en conjunto que cubren casi todos los aspectos de la vida. Además, como una muestra de la intención de trabajar con la parte africana, elevó todas las relaciones bilaterales a asociaciones estratégicas y la relación continental a la de comunidad de futuro compartido para todo tiempo en la nueva era.

Tal vez, las medidas que más han resaltado son, por un lado, el apoyo en construcción de infraestructura y conectividad, entendidas como prerrequisitos indispensables para el desarrollo económico. Esto se hace a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR).

Por otro lado, el apoyo al comercio del continente y el fomento de inversiones de empresas chinas. China decidió unilateralmente abrir su mercado a 33 países menos desarrollados eliminando cualquier barrera arancelaria. Además de apoyo en desarrollo de comercio electrónico.

Estas sólo han sido una pequeña parte. Las propuestas de trabajo, en conjunto, incluyen los ámbitos de la salud, seguridad, agricultura, cultura, academia y tecnología verde. Asimismo, en cada uno de ellos, se contempla la formación e intercambio de experiencias, lo que ha sido un pedido de la parte africana.

Para esto, se han ofrecido 360.000 millones de yuanes de apoyo en los siguientes tres años que se dividirán en 210 de línea de crédito, 80 de asistencia en varias formas y, por lo menos, 70 en inversión de empresas chinas.

Un vínculo ganar-ganar

Al menos en el papel, los países africanos tienen como objetivo el desarrollo industrial. Ya existe un acuerdo de que no es posible saltearse la etapa industrial, como proponen desde el Occidente colectivo.

La asociación estratégica con China permitiría construir la infraestructura, acceder a los capitales necesarios y la formación de personas para tener personal capacitado. La propuesta de los chinos no es de tener más deuda, sino de expandir el comercio e inversiones que, a su vez crearán empleo.

China se encuentra en un cambio de su matriz económica y se está enfocando en el desarrollo de tecnologías de alta gama.

Lo que se preguntan muchos es qué es lo que gana China y sospechan de sus intenciones. Tantos años de dependencia occidental hacen que sea difícil pensar que otro tipo de vínculos son posibles.

Cuando los chinos hablan de “relaciones ganar-ganar” no son palabras vacías. Significa que el otro lado ganará con el apoyo que dan, pero que ellos, por supuesto, también lo harán. En la mentalidad china, esa es la única manera de establecer vínculos estables y sostenibles.

En estos momentos, China se encuentra en un cambio de su matriz económica y se está enfocando en el desarrollo de tecnologías de alta gama. Con el envejecimiento de su población y el alto nivel educativo, cada vez tendrán menos personas para industrias intensivas en mano de obra. Por ello, necesitarán trasladarlas a otras zonas del mundo y justo en África las necesitan.

Además, empresas de sectores como el de construcción, cada vez, tienen menos espacio en el mercado chino, trasladarlas a África para grandes proyectos de infraestructura es una manera de darles vida.

El último motivo tiene que ver con el segundo tema del FOCAC: el de la comunidad con futuro compartido. El concepto es fundamental para entender la visión china del mundo y merece un texto aparte; sin embargo, vale la pena rescatar un aspecto para entender la propuesta de China a África.

A diferencia de los gobiernos occidentales, cuando el gobierno chino publica un objetivo significa que lo debe cumplir. La promesa de la sociedad socialista moderna implica generar una ingente cantidad de recursos para financiarla, algo que China no podrá hacer por su cuenta.

Por ello, el gobierno chino entiende que para que China sea próspera, el resto del mundo también debe serlo. Parafraseando al presidente Xi, China y África representan el 30% de la población mundial. Sin la modernización de ambas, no habrá modernización global. 

Sin esta, China tampoco alcanzará su propia modernización.

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