Isabel Vileya . Abril 22, 2024
LENINISMO HOY, LENINISMO AYER, LENINISMO MAÑANA.
Cuando un marxista no se apellida Leninista, no es Comunista, es un revisionistas de Marx que no quiere participar del proceso revolucionario que conduzca a la Revolución Socialista, la toma del poder y la abolición del la explotación del hombre por el hombre y culmine en la abolición del Estado y la construcción de la Sociedad Comunista.
Las virtudes de Lenin son muchas e importantes, porqué además de acercarnos al conocimiento profundo del marxismo, rompen con la pedanteria teórica y saltan al ruedo práctico de la creación revolucionaria. Lenin traduce el razonamiento materialista en acción directa organizada. Demuestra fehacientemente, que las ideas revolucionarias, se concretan en acciones de la vida conducentes todas, a la Toma del Poder a manos de las clases desposeidas, que forzosamente impondran su Dictadura del Proletariado; la dictadura de las mayorías para doblegar las aspiraciones egoístas y acaparadoras de los capitalistas, acumuladores de la riqueza que genera el trabajador.
Conocedor profundo de la teoría de Marx y Engels, Lenin aplicó las categorías de análisis y leyes de la dialéctica a todos los ámbitos de su creación literaria y de su acción política, Lenin razonaba con el método interiorizado, pero no como un autómata, sino como quien cuestiona todo el razonamiento y método a la vez, como elevada forma de asegurar la máxima de las leyes de la dialéctica permanente.
Un tipo, que era entregado en su laborioso sistema de documentación y análisis, recopilaba documentos que solicitó por cartas a su madre, hermanas o amigos, rebuscaba en los “zemtsvos” información sobre los censos agrícolas y llegaba a conclusiones tan formidables como la capacidad y el rendimiento económico de la “hacienda típica” analizando el tipo de excremento, su origen y la cantidad que los campesinos utilizaban, los aperos y animales le labranza, la calidad de estos, etc…
Conocía milimetricamente la sociedad Rusa feudal y sus clases en el desarrollo del capitalismo y sus formas, no eran ningún secreto para él, los “mujik” y los “Kustares”, que no cabían en la definición de capitalismo industrial desarrollado y para los que Lenin encontró una caracterización verídica y real dentro de las fuerzas productivas y diseccionó su rol histórico, tal como su papel en la revolución burguesa y socialista.
Del mismo modo, conocía y manejaba a la perfección las obras e ideas fundamentales de los filósofos principales de la historia y contemporáneos, se batió en “duelos” de principios con figuras de su época, como Plejanov, Martóv, Axelrod, Kautsky, Luxemburgo, Trostky, entre otros, de los que evidenció las falencias y aplastó rotundamente las deformaciones teóricas e ideológicas que sus oponentes defendían.
Refutó solemnemente los últimos rastros de Bersteinianismo, del mismo modo que aplicó implacable rigor frente a los mencheviques, a los que rebatió durante todo el período parlamentario de las tres Dumas, en el que Lenin apostó por la reconciliación entre Bolchevique y Mencheviques en varias ocasiones, sin éxito, ya que los delirios oportunistas de los segundos imposibilitaronde facto la unificación del POSDR.
Clarificó la tendencia del Capitalismo a elevarse en una fase de desarrollo del propio sistema, en la superación de sí mismo, como imperialismo, advirtió sobre los peligros supremacistas del Sionismo o sobre un fenómeno protofascista como fue el terror organizado por las Centurias Negras.
Lenin no tiene Obras Cardinales, porque hasta una Carta a Máximo Gorki, pidiéndole dinero para la lucha, se convierte en una declamación dialéctica que nos lleva a reconocer la estructura de pensamiento de un Marxista riguroso.
Y si, lo que más hizo Lenin, no fue escribir, lo que más hizo fue organizar la revolución, previniendo con anticipación los movimientos, generando orgánica clandestina y legal, publicando prensa legal e ilegal como la vieja “Iskra”, “Zaria” o “Proletarii”, asegurando infraestructura logística dentro y fuera del país, anticipando la compra y recuperación de armamento, munición, la instrucción militar, agitando a las masas y elevando el nivel de conciencia de las masas con su participación en mitines, reuniones y cientos de acciones prácticas más, que dejó registradas literariamente como testimonio real de que cualquier ser humano puede y debe reproducir un trabajo militante similar.
Vladimir Ilich Ulianov, era un escribiente de la acción revolucionaria de un hombre (él mismo) que tenía condiciones innatas tan comunes y corrientes como las de cualquier otro ser humano.
Lenin no fue un gran revolucionario porque estaba hecho de bronce como sus estatuas, fue un gran revolucionario, porque tenía un buen método y estaba convencido de que era necesario cambiar el sistema de producción capitalista porque era y sigue siendo criminal con la humanidad y se tomó en serio su compromiso.
Cumplió excrupulosamente su tarea a partir de un compromiso irrenunciable y de ponderar el trabajo colectivo del Partido y sus obligaciones con el y con la Clase, por encima de su individualidad.
Conozcan a Lenin en bibliotecas y levanten altares en sus conciencias, ese es el mayor tributo a su figura hoy en el 154 aniversario de su nacimiento.
La tarea histórica que nos ocupa es una digna ofrenda y la victoria será el fin de la explotación y la opresión del hombre por el hombre y la creación de la sociedad sin clases.