DANIEL SEIXO PAZ. 12 de noviembre de 2024
«Que si mereció la pena, me preguntas,
Y yo no sé que responder porque
no estoy penando.
Pena grande es vivir sometido a la ley
del salario.
Pero cuando descubrí la ley de la esperanza
y decidí romper con las cadenas, créeme amigo,
se me fueron todas las penas.
Desde entonces, siempre me sentí contento
con lo que hice,
con los cómo y con los cuándo,
pues conocía los por qué.
y en este momento me estoy contentando
con lo que hago y con lo que pienso
que mañana podré hacer.
Es un anticipo de contentamiento
lo que ahora siento.«
“Se sabe que el amor crea. El odio es una fuerza descontrolada, que lo mismo puede crear que destruir, o hacer ambas cosas a la vez. La indiferencia, no. La indiferencia siempre mata a quien la padece. Por eso soy enemigo declarado de los indiferentes.”
Camarada Arenas
Manuel Pérez Martínez, conocido popularmente como el camarada Arenas, es una figura icónica del marxismo y antifascismo en España, cuya vida se ha consagrado plenamente a la lucha por la justicia social y la emancipación de la clase trabajadora. Nacido en 1944 en Melilla, en el seno de una familia obrera, Arenas conoció desde niño las penurias y sacrificios propios de la clase trabajadora, situación que termino moldeando su compromiso ideológico desde muy temprano.
A los 12 años, se vio obligado a abandonar la escuela para trabajar y de este modo poder contribuir a la economía familiar, situación que no le impidió adentrarse en las lecturas marxistas que encauzarían su vida. Pronto se trasladó a Madrid, instalándose en el Pozo del Tío Raimundo, barrio obrero que en aquellos años se convertía en un símbolo de resistencia contra la dictadura franquista. En ese contexto, Arenas experimentó de primera mano la opresión del régimen y el desencanto de una clase obrera sometida por la represión política y económica. Inmerso en esta atmósfera asfixiante, se comprometió con las luchas obreras, tomando conciencia de las desigualdades sociales y la necesidad de una transformación profunda que no solo fuera económica, sino también política y cultural.
La trayectoria de Arenas se caracteriza por su oposición al sindicalismo conciliador que el Partido Comunista de España (PCE) practicaba por aquel entonces bajo el liderazgo de Santiago Carrillo. Esta postura crítica lo llevó a distanciarse de las estructuras oficiales de la izquierda y a fundar en su barrio las Juventudes Comunistas, desde donde inició una campaña de denuncia contra lo que consideraba una traición a la causa obrera y revolucionaria por parte del carrillismo. Ese desencanto con el oficialismo de la oposición al franquismo lo empujó a tomar la vía de la organización autónoma y revolucionaria, abrazando el marxismo-leninismo como base teórica y práctica para la transformación social.
Su creciente militancia lo condujo a su primera detención, un episodio que lejos de disuadirlo, lo reafirmó en su misión de reorganizar el movimiento comunista en España. Poco después de su salida de prisión, se incorporó a la Organización de Marxistas-Leninistas de España, donde participó activamente en los esfuerzos para reconstituir un Partido Comunista auténtico, que se consolidaría en la fundación del Partido Comunista de España (Reconstituido), el PCE(r). En este proceso Arenas se convirtió en su Secretario General, posición desde la que enfrentaría una intensa persecución y represión por parte del Estado español.
En 1977, Arenas fue encarcelado nuevamente junto con el Comité Central del PCE(r). A pesar de su reclusión, continuó su labor formativa y organizativa desde prisión, contribuyendo a que los presos políticos pudieran seguir articulándose y resistiendo en su cautiverio. Su liberación en 1984 le permitió retomar su rol como Secretario General del PCE(r), aunque la persecución estatal lo forzó a la clandestinidad en múltiples ocasiones, acusado de vínculos con la organización armada GRAPO, imputación que siempre defendió en los tribunales.
La represión culminó en su última detención en París en el año 2000, tras la cual fue encarcelado en el Estado español bajo la Ley de Partidos, un marco jurídico que se utilizó para justificar la represión de los movimientos revolucionarios. Actualmente, Arenas permanece en la prisión de Aranjuez, a los 80 años y con delicados problemas de salud, todavía soporta la represión de un estado que nunca se depuró de la impronta fascista. Para muchos de sus seguidores y defensores, su prolongado encarcelamiento simboliza una condena encubierta de cadena perpetua y un acto de venganza por su histórica oposición al régimen y al sistema capitalista español.
El camarada Arenas continúa siendo una figura inspiradora para el movimiento revolucionario, un símbolo de la perseverancia en la lucha por un mundo más justo, a pesar de las adversidades y las duras condiciones a las que ha sido sometido en el último tramo de su vida. Su historia refleja el compromiso y sacrificio de aquellos que convencidos de sus ideales, siguen adelante sin importar el precio a pagar, confiando en que algún día sus esfuerzos rendirán frutos en una sociedad libre de opresión y explotación.